sábado, 2 de diciembre de 2006

Claudia Marcela Ospino C.

Danza contemporánea en el laberinto

Desde principios del siglo XX la danza sufrió una ruptura en la que se revaluaron los conceptos y técnica del ballet clásico, debido a que los bailarines empezaron a buscar la complejidad del ser humano mediante el movimiento, que los ha llevado a lo largo de los años a una exploración laberíntica basados en la libertad.

Nudo y laberinto

En primer lugar voy a describir, según Omar Calabrese en su libro La era neobarroca, la figura de nudo y laberinto. Para el autor “el laberinto es una de las muchas figuras del caos, entendido como complejidad cuyo orden existe pero es complicado u oculto.”[1] En esta figura se evidencian la maravilla, la agudeza, la astucia y el enredo.

El laberinto tiene tres características fundamentales que son la complejidad ambigua, la pérdida de la orientación que niega el valor de un orden global y por último el desafío a encontrar el orden. En esta estructura no hay recorridos, ni mapas, por lo que hay que deducir el camino mediante la exploración, es decir que el recorrido es paso a paso, no gracias a la memoria.

Como decía Borges, “la solución al misterio siempre es inferior al misterio mismo” y es aquí donde se encuentra el placer del laberinto, pues es mucho más interesante la indagación que la salida. Para la exploración del laberinto Calabrese propone mirar la figura como una estructura fragmentada que tiene sentido por cada uno de sus fragmentos. Como dice el “hay que ser miope” y no tratar de ver la globalidad, sino encontrar el placer por los pequeños trozos de ella.

Por otro lado, el autor cita la enciclopedia como el ejemplo perfecto de un laberinto, pues es la imagen estructural del saber mismo, es decir un saber abierto, interdisciplinario, en movimiento y sujeto a la pérdida de orientación.

A partir de la descripción anterior puedo decir que la danza contemporánea o moderna se encuentra en un laberinto del cual no desea salir, pues lo importante es explorar y llevar cada fragmento hasta el límite es decir, una complejidad a partir de principios elementales. Como la danza moderna es una ruptura y no tiene modelo, ha llevado un camino construido paso a paso que la ha llevado, como veremos, por rutas insospechadas en la naturaleza del ser humano.

Inicio de la danza contemporánea

Como todos sabemos el ballet clásico es un tipo de danza bastante estricta en sus temas, técnica y música. De hecho hay unas obras canon como Giselle o El lago de los cisnes que se mantienen como un modelo a seguir. Sin embargo, en la década de los 20 y los 30 se comenzó a ver la danza como un punto de vista, y no un sistema.

“Después de la primera guerra mundial surgió en la academia norteamericana el deseo compulsivo de entender su carácter y tradición”[2] es decir, buscar aquello que los diferenciaba de las otras culturas. Es por esto que Isadora Duncan, Martha Graham y Doris Humphrey entre otros comenzaron a liberarse de los movimientos estilizados y las posiciones del ballet clásico para formar lo que hoy conocemos como danza contemporánea.

La danza ha sido considerada como la menor de las artes, es por esto que los bailarines querían cambiar este concepto, para que la danza fuera tratada como un gran arte, para esto se basaron en el no conformismo con el orden clásico, el individualismo, y el funcionalismo para mostrar que la danza no simplemente refleja la realidad, sino que por medio del movimiento la transforma en su contexto.

En este momento me voy a centrar en Isadora Duncan, ya que fue ella quien sentó las bases de la nueva danza, repudiando los métodos académicos del ballet clásico, oponiéndose a la enseñanza tradicional. Duncan quería una danza más libre y natural en su esencia, por esto los movimientos buscaban “la espontánea manifestación de los impulsos del ser humano”[3] ella proponía prácticas en vez de razonamientos. Sin embargo, veremos que aunque hoy se mantenga el sentido de un movimiento natural, la razón y crítica han invadido la escena de la danza en la actualidad.

En este primer momento de la danza contemporánea se comenzaron a emplear “técnicas escénicas como escenarios móviles, utilería simbólica, decoración fragmentaria y parlamentos unidos al baile.”[4] Que ahora son elementos comunes en la puesta en escena de danza moderna.

Desarrollo de la danza contemporánea

Según Susan Au, la nueva narrativa de la danza desafía las técnicas convencionales de contar historias, que antes tenían un orden cronológico y lineal, pero que en la actualidad se hacen por fragmentos, por lo que, como el la literatura, el espectador es retado a unir todas las piezas y extraer el significado de la obra.

A continuación daré un breve panorama de lo que está sucediendo en la danza actual. Por ejemplo, en las coreografías francesas se centra el interés en la caracterización, la conexión con la literatura y el cine (especialmente con el surrealismo y la filosofía del absurdo).

En el movimiento alemán se quiere expresar la falla en la comunicación, la carencia de empatía entre los seres humanos y especialmente la guerra de los sexos. Su tendencia es mostrar estas situaciones por medio de coreografías violentas.

En Estados Unidos, por ser la cuna de la danza moderna, hay un gran desarrollo y experimentación en temas, pero me limitaré a nombrar una obra de Meredith Monk, quien es compositora, cantante, realizadora de cine y directora-coreógrafa, llamada Quarry. En esta obra aparece una niña enferma que es la metáfora de Europa después de la segunda guerra mundial, además por medio de ella hace una fuerte crítica al sistema dictatorial.

En Japón han ocurrido procesos interesantes como el “Butoh” que surgió también después de la segunda guerra mundial y significa “danza de la oscuridad total” que es un legado de Hiroshima. La mirada del movimiento Butoh es de desolación y son temas frecuentes en sus coreografías la vida, la muerte, la metamorfosis y la esperanza. Por ejemplo, en la obra Jomon Sho los bailarines a menudo aparentan ser mutantes o con deformidades en un mundo camino a la destrucción.

Kei Takei es una bailarina japonesa que se preocupa por la existencia y con la obra “Light”, que duró casi 20 años en presentaciones, quiso representar en algunas secciones las experiencias humanas compitiendo y cooperando con otros, soportando la muerte de otros y sucumbiendo ante la propia. En otras secciones, los movimientos eran tan simples como aplaudir, pisar muy fuerte o chocar rocas, esto con el fin de “mostrar un mundo donde los artificios de la civilización no existen y se puede exponer la naturaleza de la vida humana.”[5]

Como pudimos ver, la danza contemporánea se alimenta de lo cotidiano para ser, es por esto que necesita ser vista en una situación y lugar determinados. La danza contemporánea, al seguir su esencia, busca elevar a un gran arte la danza, que anteriormente era vista como simple entretención, es por esto que se alimenta de la realidad para aprehenderla y expresarla mediante el cuerpo y sus movimientos. Su objetivo no es estético como en el ballet clásico, pues la realidad no tiene nada de estética.

La danza se mueve con los sucesos actuales y la naturaleza humana, por esto se encuentra en un laberinto del que no quiere salir, pues solo desea seguir explorando en la complejidad de los fragmentos su razón de ser y busca cuestionar o tan solo mostrarle al ser humano su condición como tal, y como ha ido “avanzando” a lo largo de su historia. Tal vez es por esto que algunos, por no decir la mayoría, la encuentran tan chocante.

Bibliografía

[1] Calabrese, Omar. (1989), La era neobarroca. Ediciones cátedra, Madrid.
[2] Thomas, Helen. (2005), Dance modernity and culture. Routledge, Nueva York.
[3] Dallal, Alberto. (1989) La danza moderna. Fondo de cultura económica. México. pg 9
[4] Ibid pg. 14
[5] Au, Susan. (2000), Ballet and modern dance. Thames & Hudson world of art. Nueva York.